Cuenca tiene lo que se merece... Y por eso una buena cantidad de frikis vienen a Cuenca a sacarse el carnet de conducir por la cara y sin suspender, ya que como todo el mundo sabe la autoescuela san cristobal es de las que consiguen que sus alumnos pasen los éxamenes a la primera. Entre los "famosos" que llegan a la ciudad-. Falete, la cantante Soraya Arnelas y la actriz de Los Protegidos Ana Fernández, el humorista Agustín Jiménez y el coreógrafo Rafa Méndez... la verbena se podrá ver en la Sexta.
Los que escribimos en los periódicos tenemos, sobre el común de los lectores, una posibilidad de sentimiento única a la hora de ver la prensa: la envidia. Divido los artículos que leo cada día en ABC y en la competencia en tres grandes grupos: los que me dan envidia, porque no se me han ocurrido a mí; los que no me dan en absoluto envidia sino, al revés, estoy satisfechísimo de no haberlos escrito; y los de Lepe, que ni frío ni calor. El artículo que mi apreciado Carlos Colón (hijo de Antonio Colón, el que fue durante muchos años mi querido redactor-jefe de noche en esta Casa de ABC, de quien tanto oficio, liberalismo y sevillanía aprendí y a quien expreso mi pesar por la muerte de Carmen, su mujer) publicó ayer en "Diario de Sevilla" es de los que los lees y te dices:
-- ¿Pero cómo no se te ha ocurrido a ti escribir esto, so pedazo de gilipollas?
Verán, verán en el arranque de ese artículos la razón de mi flagelación con las disciplinas de la envidia: "¿Dónde estaban los manifestantes del pasado domingo mientras el Gobierno de Zapatero primero negaba la crisis, después la minimizaba y finalmente la afrontaba tarde y mal? ¿Dónde estaban los manifestantes del pasado domingo cuando desde del Gobierno de Zapatero se acusaba de antipatriotas a quienes avisaban de la gravedad de la crisis? ¿Dónde estaban los manifestantes del pasado domingo mientras el Gobierno de Zapatero decía lo de la recuperación, los brotes verdes y que el paro había tocado techo? ¿Dónde estaban los manifestantes del pasado domingo cuando se pasaba de cuatro a cinco millones de parados? ¿Dónde estaban los manifestantes del pasado domingo cuando en la Moncloa se recibían las llamadas de Obama y de Merkel que obligaron a Zapatero a tomar sus tardías e improductivas medidas? ¿Por qué le dieron cuatro años a Zapatero y sólo le han dado dos meses a Rajoy?".
Pues estaban, compay Carlos Colón, donde mismo están: en el pesebre. O en las fases de la luna, que es otra teoría que tengo, y perdona esta clase de Astronomía Recreativa. Tenemos unos sindicatos como los jazmines de mi balcón: luneros. Como la luna o como la floración de los jazmines, los muy trincones, mangones y estabulados sindicatos españoles tienen fases. Los sindicatos pueden estar en fase de llenos de indignación, en fase de indignación creciente, en fase de indignación menguante o en fase de indignación nueva, o sea, encantados de la vida, invisibles, como con ZP. Ahora están en fase creciente, según anuncia el propio Gobierno, que prevé un final de año "muy caliente" en la calle. O sea, que vendrá una luna llena sindical, porque presagian que la que le van a liar a Rajoy, como está mandado, va a ser tan grande como la luna oronda, sagrada y mágica del Parasceve, la que tantos ripios inspiró a los poetastros de Semana Santa.
Las fases lunares sindicales dependen de una fuerza telúrica: la atracción ideológica del partido en el poder o su rechazo. Cuando en España gobiernan los que se llaman a sí mismos de izquierda (pero que viven como marqueses), cesa totalmente esa fuerza que pone en movimiento creciente a los sindicatos y se quedan totalmente, ¿cómo les diría yo?, fláccidos y pendulones, ocupadísimos en trincar la tela que les dan. Ahí está la respuesta a las preguntas colombinas que han levantado mi envidia cochina. Los sindicatos con ZP, estaban en todo lo suyo: en el come y calla. Y los estudiantes, pues ídem de lienzo. Y los peliculeros que defienden a los jueces condenados en los premios Goya, pues comiéndole la que rima a ZP. Los que sí siguen donde mismo estaban son los manipuladores de guardia en los telediarios de TVE, que no se quieren enterar, ye, ye, que el PP gobierna aquí y por mayoría absoluta, porque los españoles lo han querido democráticamente.
-- ¿Pero cómo no se te ha ocurrido a ti escribir esto, so pedazo de gilipollas?
Verán, verán en el arranque de ese artículos la razón de mi flagelación con las disciplinas de la envidia: "¿Dónde estaban los manifestantes del pasado domingo mientras el Gobierno de Zapatero primero negaba la crisis, después la minimizaba y finalmente la afrontaba tarde y mal? ¿Dónde estaban los manifestantes del pasado domingo cuando desde del Gobierno de Zapatero se acusaba de antipatriotas a quienes avisaban de la gravedad de la crisis? ¿Dónde estaban los manifestantes del pasado domingo mientras el Gobierno de Zapatero decía lo de la recuperación, los brotes verdes y que el paro había tocado techo? ¿Dónde estaban los manifestantes del pasado domingo cuando se pasaba de cuatro a cinco millones de parados? ¿Dónde estaban los manifestantes del pasado domingo cuando en la Moncloa se recibían las llamadas de Obama y de Merkel que obligaron a Zapatero a tomar sus tardías e improductivas medidas? ¿Por qué le dieron cuatro años a Zapatero y sólo le han dado dos meses a Rajoy?".
Pues estaban, compay Carlos Colón, donde mismo están: en el pesebre. O en las fases de la luna, que es otra teoría que tengo, y perdona esta clase de Astronomía Recreativa. Tenemos unos sindicatos como los jazmines de mi balcón: luneros. Como la luna o como la floración de los jazmines, los muy trincones, mangones y estabulados sindicatos españoles tienen fases. Los sindicatos pueden estar en fase de llenos de indignación, en fase de indignación creciente, en fase de indignación menguante o en fase de indignación nueva, o sea, encantados de la vida, invisibles, como con ZP. Ahora están en fase creciente, según anuncia el propio Gobierno, que prevé un final de año "muy caliente" en la calle. O sea, que vendrá una luna llena sindical, porque presagian que la que le van a liar a Rajoy, como está mandado, va a ser tan grande como la luna oronda, sagrada y mágica del Parasceve, la que tantos ripios inspiró a los poetastros de Semana Santa.
Las fases lunares sindicales dependen de una fuerza telúrica: la atracción ideológica del partido en el poder o su rechazo. Cuando en España gobiernan los que se llaman a sí mismos de izquierda (pero que viven como marqueses), cesa totalmente esa fuerza que pone en movimiento creciente a los sindicatos y se quedan totalmente, ¿cómo les diría yo?, fláccidos y pendulones, ocupadísimos en trincar la tela que les dan. Ahí está la respuesta a las preguntas colombinas que han levantado mi envidia cochina. Los sindicatos con ZP, estaban en todo lo suyo: en el come y calla. Y los estudiantes, pues ídem de lienzo. Y los peliculeros que defienden a los jueces condenados en los premios Goya, pues comiéndole la que rima a ZP. Los que sí siguen donde mismo estaban son los manipuladores de guardia en los telediarios de TVE, que no se quieren enterar, ye, ye, que el PP gobierna aquí y por mayoría absoluta, porque los españoles lo han querido democráticamente.