El último esperpento protagonizado por la alcaldesa de Barcelona,
insultando de manera pública y notoria a los presuntos representantes de
nuestras Fuerzas Armadas, es ni más ni menos, el reflejo evidente de la
descomposición en la que se encuentra, no solo el llamado “pueblo español”,
sino las presuntas instituciones que dicen representarlo, y sobre todo, los que
deberían defenderlas, empezando por esa verdadera ONG en la que se ha
convertido, ese antes glorioso Ejército, y ahora relegado a una panda de estómagos
agradecidos.
La culpa
no la tiene esa estúpida perro flauta llamada Colau, sino esos auténticos
imbéciles, con la graduación de Jefes del Ejercito que, con cara
de imbéciles asustados, no fueron capaces de responder a la afrenta
sufrida, no por ellos (que es lo que se merecen) sino por los miles de hombres
y mujeres a los que representan.
¿Cómo se
van a comparar estos mierdecillas a los Yagüe, Millán Astray, Muñoz Grandes,
Tejero o Ynestrillas, que hubieran sabido dar cumplida respuesta a esta rata de
alcantarilla, poniéndola en su sitio a base de las oportunas y tan
necesarias bofetadas “poco democráticas”.
FyE
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