Los cuatro autores de los Evangelios (San Mateo, San Marcos, San Lucas y San Juan) han sido representados tradicionalmente en forma de Tetramorfos, siendo el águila la figura asociada a San Juan, ya que su Evangelio es el más abstracto y teológico de los cuatro.
Este símbolo se convierte, en Heráldica, en una parte importante de algunos blasones, pero no debe confundirse con el águila imperial que aparece en otros muchos como los de los Austrias Españoles o los Zares de Rusia, aunque sigan la misma vocación imperial y sea el águila un símbolo extendido por toda Europa desde los confines de los tiempos.
El más conocido de los diseños del Águila de San Juan es el que incorporó Isabel de Castilla como soporte al escudo de los Reyes Católicos. Lo hizo ya que tenía gran devoción al Evangelista y porque se hizo coronar reina de Castilla en la iglesia de San Miguel, contigua a la catedral en Segovia, el día que se celebra su festividad. Hay un magnífico tapiz con este blasón en el salón del trono del Alcázar de Segovia.
El Águila de San Juan es un águila real pasmada, de sable, nimbada de oro, con el pico y las garras de gules, y un halo de oro.
También se incluyó como soporte del Escudo de España en los modelos oficiales de 1938, 1945, y 1977, con diferentes formas, suprimiéndose en el de 1981, por lo que encabeza la promulgación de la actual Constitución, por lo tanto nunca podrá ser tenido este emblema por anti-constitucional.
Actualmente se tiene verdadera fobia a cuanto representa la genuina España y los auténticos valores de la civilización occidental. El águila es el animal que representa al evangelista Juan, el predilecto de la Reina Isabel, y en nuestro escudo significa la fidelidad de España a la Religión Católica, su vocación Imperial y su opción por los altos valores espirituales y contra el materialismo mundano.
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