NO PARAR HASTA CONQUISTAR. CUENCA NUNCA SERÁ LO QUE MERECE MIENTRAS LOS CACIQUES DIRIJAN NUESTRA PROVINCIA



jueves, 28 de enero de 2016

Miguel Ángel Recio confirma que se demolerá el monumento a Onésimo Redondo

eldiadevalladolid.com
La Administración General del Estado adjudicó anteayer las obras de demolición del monumento a Onésimo Redondo, situado en el cerro de San Cristóbal, a la empresa Construcciones y Desmontajes Ribera Navarra. Fueron cinco las firmas que presentaron ofertas, pero al final la ganadora fue esta porque presentó el proyecto más barato, toda vez que el único criterio que existía para la adjudicación era el precio. El presupuesto de licitación de estos trabajos era de 89.707 euros (108.546 con impuestos) y la empresa navarra lo hará por 49.539 euros (59.943 con impuestos). La obra contempla el desmontaje del grupo escultórico y el derribo de la estructura de hormigón. Las cinco estatuas, que representan al propio Onésimo Redondo y a un campesino, un obrero, un estudiante y un combatiente, serán trasladadas provisionalmente a una nave propiedad del Gobierno en Alcalá de Henares (Madrid), antes de su traslado definitivo al Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca. La ciudad charra ha sido desde el principio el destino previsto para el conjunto escultórico, pero el derribo se ha retrasado (el Ayuntamiento dio la licencia de obras hace un año) porque el Centro Documental no estaba preparado para acoger unas estatuas de ese tamaño y peso. Durante su estancia en Alcalá de Henares el Centro de Documental se ampliará con una nave nueva para que pueda acoger la obra que se inauguró el 24 de julio de 1961 para conmemorar el 25 aniversario de la muerte del fundador de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (JONS).
El director general de Bellas Artes, Bienes Culturales y de Archivos y Bibliotecas del Ministerio de Educación, O, confirmó la semana pasada este traslado y apuntó que las obras comenzarán «en breve». Como el monumento está en sus terrenos, es el Estado el encargado de retirarlo en cumplimiento de la Ley de la Memoria Histórica después de una sentencia del Tribunal Superior de Justicia (TSJ).

lunes, 25 de enero de 2016

Babylon cerrará su puertas el 28 de febrero

Esta sala de música alternativa cerrará sus puertas el día 28 de febrero, según han informado los responsables de este conocido local de la capital conquense. El escenario del local ha acogido a lo largo de los años, actuaciones de grupos filo-separatistas como: Muguruza y Chao con el proyecto Jai Alai Katumbi Express, Soziedad Alkoholika, Berri Txarrak, Zuloak, Sorkun, Kuraia e Inoren ero ni.
Agur 

Las calles agraviadas por el rencor


José Utrera Molina
Ex-ministro



Como era de esperar, ha triunfado el odio. La Memoria Histórica que propugnó en su día y consumó en su mandato el presidente Zapatero ya ha dado sus primeros frutos. Quieren borrar de las calles de Madrid cualquier vestigio de su historia reciente. Quieren convertirse en vencedores extemporáneos de una contienda que algunos no supieron perder con honor. Intentar borrar del callejero nada menos que aquella referencia a los más de 5.000 españoles caídos de la División Azul es un monumental disparate merecedor de unánime reprobación. Tratar de arrancar de nuestras calles el recuerdo de aquella juventud limpia y clara, que luchó contra el comunismo, es una pretensión miserable que sólo puede venir de los herederos de quienes quisieron convertir nuestra patria en un satélite más de la URSS. Aquellos jóvenes llenos de idealismo que sin servir apetitos no ilustres marcharon a tierras lejanas para combatir con hidalguía a los enemigos de Europa y por supuesto de España no merecen el olvido ni mucho menos la traición de su patria.
Me imagino el asombro y el dolor de los que estarán seguramente en otro espacio contemplando la falta absoluta de valor y de dignidad de los que han propuesto estas supresiones. Aquellos que combatieron en la posición intermedia y dieron su vida clavada y agonizante tendrán seguramente una mirada de horror ante tanta injusticia. No se podrán explicar el peso del odio, la acumulación de rencores, la persistencia de un resentimiento sin límites. Pero es así y contemplamos atónitos y casi desesperados tantos silencios culpables de los que permanecen mudos ante tan inmensa cobardía de los poderes públicos. Los que pretenden ahora borrar la historia deberían empezar por derribar las estatuas de Indalecio Prieto y de Largo Caballero. Pero no lo hicieron así, se contentaron con bajar de su caballo al que fue limpio ejecutor de una contienda impuesta por las circunstancias que España sufría por el acoso del comunismo internacional.
Escribo apesadumbrado y maltrecho. No creo que me queden muchas horas que vivir pero los últimos momentos de mi vida los dedicaré a descubrir la indignidad de los que están falseando la historia de España. Borrar del callejero madrileño los nombres de Muñoz-Grandes, héroe en Alhucemas, y de tantos generales que ofrecieron su vida por España, carente de odio y llena de una plenitud extraordinaria en el sentimiento del servicio a la Patria, me parece una aberración. Ya somos pocos a los que nos queda la voz para denunciar tanta felonía, pero los últimos latidos de nuestros corazones elevarán al cielo la protesta por tanta vileza, por tanta traición a la memoria de nuestro pueblo.
Estoy seguro que habrá todavía algunos españoles que clamarán frente al desierto de palabras y de actitudes. Los que murieron por España son ya la memoria de nuestra dignidad colectiva y muestran el dolor de la injusticia ante la permanencia cobarde de un odio incomprensible. No sé si el horizonte mental de los españoles está perturbado definitivamente pero yo creo que algún día las cosas recobrarán su sentido y las banderas a las que hoy se escupe ondearán frente a la cobardía de tantos que han hecho de la traición el siniestro juego de su resentimiento.

Nacionalismos vasco y catalán


D. Santiago Ramón y Cajal
Premo Nobel de Medicina (1906)

“Deprime y entristece el ánimo, el considerar la ingratitud de los vascos, cuya gran mayoría desea separarse de la Patria común. Hasta en la noble Navarra existe un partido separatista o nacionalista, robusto y bien organizado, junto con el Tradicionalista que enarbola todavía la vieja bandera de Dios, Patria y Rey.
En la Facultad de Medicina de Barcelona, todos los profesores, menos dos, son catalanes nacionalistas; por donde se explica la emigración de catedráticos y de estudiantes, que no llega hoy, según mis informes, al tercio de los matriculados en años anteriores. Casi todos los maestros dan la enseñanza en catalán con acuerdo y consejo tácitos del consabido Patronato, empeñado en catalanizar a todo trance una institución costeada por el Estado.
A guisa de explicaciones del desvío actual de las regiones periféricas, se han imaginado varias hipótesis, algunas con ínfulas filosóficas. No nos hagamos ilusiones. La causa real carece de idealidad y es puramente económica. El movimiento desintegrador surgió en 1900, y tuvo por causa principal, aunque no exclusiva, con relación a Cataluña, la pérdida irreparable del espléndido mercado colonial. En cuanto a los vascos, proceden por imitación gregaria. Resignémonos los idealistas impenitentes a soslayar raíces raciales o incompatibilidades ideológicas profundas, para contraernos a motivos prosaicos y circunstanciales.
¡Pobre Madrid, la supuesta aborrecida sede del imperialismo castellano! ¡Y pobre Castilla, la eterna abandonada por reyes y gobiernos! Ella, despojada primeramente de sus libertades, bajo el odioso despotismo de Carlos V, ayudado por los vascos, sufre ahora la amargura de ver cómo las provincias más vivas, mimadas y privilegiadas por el Estado, le echan en cara su centralismo avasallador.
No me explico este desafecto a España de Cataluña y Vasconia. Si recordaran la Historia y juzgaran imparcialmente a los castellanos, caerían en la cuenta de que su despego carece de fundamento moral, ni cabe explicarlo por móviles utilitarios. A este respecto, la amnesia de los vizcaitarras es algo incomprensible. Los cacareados Fueros, cuyo fundamento histórico es harto problemático, fueron ratificados por Carlos V en pago de la ayuda que le habían prestado los vizcaínos en Villalar, ¡estrangulando las libertades castellanas! ¡Cuánta ingratitud tendenciosa alberga el alma primitiva y sugestionable de los secuaces del vacuo y jactancioso Sabino Arana y del descomedido hermano que lo representa!
La lista interminable de subvenciones generosamente otorgadas a las provincias vascas constituye algo indignante. Las cifras globales son aterradoras. Y todo para congraciarse con una raza (sic) que corresponde a la magnanimidad castellana (los despreciables «maketos») con la más negra ingratitud.
A pesar de todo lo dicho, esperamos que en las regiones favorecidas por los Estatutos, prevalezca el buen sentido, sin llegar a situaciones de violencia y desmembraciones fatales para todos. Estamos convencidos de la sensatez catalana, aunque no se nos oculte que en los pueblos envenenados sistemáticamente durante más de tres decenios por la pasión o prejuicios seculares, son difíciles las actitudes ecuánimes y serenas.
No soy adversario, en principio, de la concesión de privilegios regionales, pero a condición de que no rocen en lo más mínimo el sagrado principio de la Unidad Nacional. Sean autónomas las regiones, mas sin comprometer la Hacienda del Estado. Sufráguese el costo de los servicios cedidos, sin menoscabo de un excedente razonable para los inexcusables gastos de soberanía.
La sinceridad me obliga a confesar que este movimiento centrífugo es peligroso, más que en sí mismo, en relación con la especial psicología de los pueblos hispanos. Preciso es recordar –así lo proclama toda nuestra Historia– que somos incoherentes, indisciplinados, apasionadamente localistas, amén de tornadizos e imprevisores. El todo o nada es nuestra divisa. Nos falta el culto de la Patria Grande. Si España estuviera poblada de franceses e italianos, alemanes o británicos, mis alarmas por el futuro de España se disiparían. Porque estos pueblos sensatos saben sacrificar sus pequeñas querellas de campanario en aras de la concordia y del provecho común”.

lunes, 18 de enero de 2016

La Diputación conquense ayuda a Togo con 18000 euros...

La solidaridad de la Diputación Provincial de Cuenca ha llegado hasta Togo a través de un proyecto llevado a cabo por Manos Unidas. Y es que esta ONG, gracias a la ayuda de 18.000 euros otorgada por la institución provincial dentro de la convocatoria de apoyo a proyectos de cooperación internacional al desarrollo del pasado año, ha podido llevar agua potable a ocho poblaciones de la zona de Kara, en el centro-norte de Togo.

lunes, 4 de enero de 2016

España, una e indivisible




España, una e indivisible  La urgencia de una ambición nacional. Se pretende la disolución de la Patria. Hay que llevar a la conciencia del pueblo el deber de la protesta armada  La frase rotunda He aquí nuestro grito: España, una e indivisible. Muchos republicanos españoles, tan amantes de la ejemplaridad de la Revolución francesa, olvidan que un grito así salvó a Francia y salvó a la Revolución. Hay que seccionar esa ola mediocre de localismos que hoy satura la atmósfera hispana e instalar revolucionariamente el deber de todos. La vejez cobarde, que hoy es dueña de los ministerios, asiste con apatía criminal a esa forja de decadencias que suponen las propagandas separatistas. El abandono de las funciones de unidad señala una disolución irreparable. No se concibe cómo un pueblo, en el resurgir victorioso de una Revolución que triunfa, tolera fríamente los zarpazos desmembradores. ¿No habrá un hombre de temple que intuya con genialidad la palpitación del pueblo, hoy encadenada a la falacia de los traidores, y dé la orden de marcha contra los enemigos de la Patria? Porque es preciso que todos se den cuenta de algo, y es que el día en que la amenaza separatista abandone su actual escondrijo y se muestre ahí, ante el pueblo, éste pedirá a cualquiera -entiéndase bien, a cualquiera- que dirija los combates. Aun a costa de una tiranía. La táctica de la minoría separatista de Cataluña que dirige Maciá es innoble y vergonzosa. Consiste en desorientar al pueblo con declaraciones contradictorias. Con hipocresía pura. A falta de valor y denuedo para sostener con las armas su loca pretensión, inician las tortuosidades que le permitan el ejercicio de un poder coactivo sobre el pueblo. De este modo, lo que hoy son sueños vanos de una minoría se convertirá, provocado por intereses y coacciones, en la voz de la región entera. Para impedirlo, es urgente desalojar de los puestos directores de Cataluña a los separatistas emboscados y fusilar a Maciá por traidor. Toda la energía que se utilice es poca, si se tiene en cuenta la gravedad de los hechos. Las horas revolucionarias se distinguen de otras por la posible rapidez y eficacia en las intervenciones. Si se permite que adquieran robustez los actuales equívocos, serán luego más difíciles y más sangrientas las jornadas.  Los Estatutos regionales De los tres proyectos de Estatutos regionales que hoy se elaboran, tan sólo el de Galicia va a ser, en cierto modo, discreto. El de Vasconia, de ingenuidad primitiva e intemperante. Y el de Cataluña, rencoroso, audaz y provisto de todos los gérmenes desmembradores. La tarea de disciplinar esos Estatutos y la de rechazarlos corresponde a las Cortes Constituyentes. Pero no se olviden las amenazas de Maciá. El Gobierno provisional está en el deber de tomar medidas para el caso probabilísimo de que las Cortes rechacen el Estatuto separatista de los catalanes. Si no lo hace él, lo hará el pueblo, que se encargará de su propia movilización, así como de batir las rebeldías. Hay que impedir que la disolución de España se lleve a efecto con música de aplausos, obligando a los disidentes a una actuación armada. A nosotros no nos importa la concesión de autonomías administrativas, pues esto favorecería quizá la eficacia del Estado. Pero sí denunciamos que no es eso ni nada que se relacione con eso lo que solicitan y quieren los separatistas. Existe todo un programa de asalto a la grandeza hispánica, al que colaboran los inconscientes de más acá del Ebro en nombre de la turbiedad democrática-burguesa que concede libertades y disuelve pueblos. La política separatista se propone realizar sus fines en tres etapas. Una, la actual, encaramándose a los puestos de influencia en Cataluña y desde ellos educar al pueblo en los ideales traidores. Otra, intervenir en la gobernación de España, en el Poder central, con el propósito firme y exclusivo de debilitar, desmoralizar y hundir la unidad de nuestro pueblo. Por eso decíamos hace quince días, que no hay que prestar sólo atención a lo que los catalanes pretendan y quieran para Cataluña, sino más aún a lo que pretendan y quieran para España. Su segunda etapa consistirá, pues, en debilitar nuestro ejército, esclavizar nuestra economía, enlazar a sus intereses las rutas internacionales, propulsar los nacionalismos de las regiones haciéndoles desear más de lo que hoy desean, lograr, en fin, que un día su voluntad separatista no encuentre en el pueblo hispánico, hundido e inerme, la más leve protesta. La tercera etapa, cumplida en el momento oportuno, consistirá en la separación radical. Este plan lo hemos oído de labios de uno de los actuales mangoneadores de la Generalidad. Es indigno y cobarde. Denota una impotencia ruin, pues si un pueblo desea y quiere la independencia, la conquista por las armas. Pero es que no se trata del pueblo, del magnífico pueblo catalán, sino de una minoría bulliciosa que sabe muy bien no le obedecería el pueblo en su llamada guerrera. De ahí el plan, las tres etapas criminales que antes apuntamos. España debe batir ese plan, que lleva consigo el propósito de reducir a cenizas la prosperidad de nuestro pueblo. Y hay que batirlo con estrategia. La más elemental indica que conviene acelerar ese proceso y plantear a Cataluña, en estos minutos de optimismo robusto para el pueblo español, por haber destruido el feudalismo borbónico, el problema de su hispanidad. Derrotar a mano armada sus pretensiones, obligarle a la lucha, provocar, en una palabra, la fase final del plan. Elegir el día y hora de la batalla. El estatuto que hoy se redacta no representará sino la opinión parcial de Cataluña. La de los que ejercen allí y ahora el Poder coactivo. La legitimidad de esa asamblea o diputación deliberante es muy problemática. Quedan fuera la Lliga, los radicales (pues Lerroux fue bien expresivo al fijar en uno el número de sus amigos), la opinión socialista y el proletariado numerosísimo de la C.N.T. Ese estatuto debe ser estudiado aplicándole toda serie de reactivos químicos, pues en él irán contenidas en germen las aspiraciones separatistas, y conviene, a ser posible, oponerse desde un principio a la táctica enemiga.  Las traiciones, las inconsciencias y las cobardías de aquí Desde luego, una vez conocida la impotencia de los núcleos separatistas, se comprende que necesiten y busquen la complicidad inconsciente de toda España. Hasta qué punto está relajada en algunos la idea nacional, hay ejemplos a diario. Así el discurso reciente de Ossorio Gallardo -leguleyo nefasto a quien hay que impedir influya para nada en la República- en el Centro de dependientes de Barcelona. Por las enormidades que dijo, calculamos los aplausos que se llevaría ese voraz picapleitos, una de las figuras más inmorales de la política española, por las razones que algún día diremos. Es comprensible, aunque errónea, la actitud de los separatistas. Pero la de esa opinión difusa que en el resto de España acoge con simpatía las aspiraciones desmembradoras constituye una traición imperdonable. Es quizá uno de los más fuertes síntomas de que amenaza a nuestro pueblo un tremendo peligro de decadencia. Las juventudes y los españoles sanos debemos iniciar con toda rapidez la tarea de levantar y exigir a todos la fidelidad más pulcra a la España una e indivisible. Cataluña agradece esas traiciones y recoge de ellas el argumento máximo. Las contesta con falsa cordialidad, ocultando sus afanes íntimos, y de este modo introduce en España la atmósfera propicia que le «deje hacer» su plan. Véase cómo el cerebro elemental de ese poeta Gassol denunció en un minuto sincero los propósitos finales. Dijo textualmente en Manresa que él «ni era español ni quería serlo». Lo que interesa sobre todo destacar es que los intereses separatistas de Cataluña se oponen a los intereses hispánicos, y que, bajo ningún concepto, puede España tolerar la fuga. Los separatistas catalanes sueñan con el Estado valenciano-catalano-balear y no se conformarán con menos. El máximo temor, insistimos, reside en que España se degrade hasta el extremo de apoyar y ver con simpatía la conspiración minoritaria de los separatistas. Si esto ocurre es que España se hunde sin remedio. Pero nosotros no creemos ni podemos creer nunca tal cosa. España se levantará como un solo hombre contra el crimen histórico. Y garantizamos que habrá sangre de sacrificio, la nuestra, y que los separatistas se verán obligados a luchar. Porque interceptaremos su camino con fusiles. ¡Viva la España, una e indivisible! 

Por Ramiro Ledesma Ramos, «La Conquista del Estado», nº 14, 13 - Junio - 1931