NO PARAR HASTA CONQUISTAR. CUENCA NUNCA SERÁ LO QUE MERECE MIENTRAS LOS CACIQUES DIRIJAN NUESTRA PROVINCIA



jueves, 29 de agosto de 2013

El neocristianismo progre de Caritas o la quintaesencia del donjulianismo

“La movilidad humana forma parte de nuestra realidad cotidiana. Las personas se mueven por todo el planeta en busca de nuevas oportunidades para ellos y sus familias”. “Desde Cáritas la concepción de las migraciones hunde su raíz en la búsqueda de un futuro digno y sostenible para todos los seres humanos”. “Nuestro punto de partida es la dignidad del hombre y de la mujer, vengan de dónde vengan, sea cual sea su situación administrativa, y esto nos lleva a construir sociedad con ellos desde la defensa de los derechos fundamentales”. “La presencia de personas migrantes entre nosotros también nos obliga a mirarnos a nosotros mismos, analizando nuestras reacciones frente a una realidad que constituye una oportunidad”. Éstas son algunas de las lindezas que pueden leerse en el blog de Caritas “Nadie sin futuro”, donde sin dobleces ni disfraces se ofrece a los lectores el verdadero rostro de una entidad claramente alineada con la estrategia del mundialismo. La obsesión de Caritas por el racismo y la xenofobia en España se recoge en otro de sus apartados, donde se desgrana todas las denuncias promovidas por la ONG católica en ese campo, muchas de ellas conjuntamente con organizaciones de la izquierda radical. Por supuesto, ni una palabra acerca de la escalada de violencia que sufren los españoles por parte de la población inmigrante, ni contra la descristianización progresiva de España, ni contra las matanzas de cristianos en otras partes del mundo de mayoría musulmana y también hindú. Caritas representa ya la quintaesencia del Cristianismo esquirol. Sus actividades supuestamente benefactoras ha llenado nuestras ciudades de ilegales y extranjeros resentidos. Su moral de letrina es un insulto a la dignidad de los hombres y mujeres que moldearon la verdadera fe cristiana a lo largo de los siglos. Nos gustaría saber el desglose entre españoles y extranjeros dentro de las ayudas que concede Caritas con el dinero de todos. Nos gustaría conocer cuántos de estos últimos son ilegales. Ya lo dice claramente en su blog: Caritas no distingue entre legales e ilegales, posición idéntica a la que mantiene Izquierda Unida. No podemos sin embargo atribuir a Caritas la exclusiva responsabilidad. Desde el Congreso Vaticano II, la Iglesia carga con la culpa inexpiable de haber cambiado el espíritu heroico y trágico anterior por el espíritu blando y lastimero de la culpa y el pecado. Ha anulado en la población toda conciencia de pertenencia a un pueblo, a un país, a una nación, a cambio de un amor sensiblero y suicida por la “humanidad”, que es la garantía segura de toda decadencia y degeneración. Ha suplantado la idea aristocrática en favor de esa corrupta idea pseudodemocrática tan cara a los espíritus mediocres y estériles. El carácter relativista (no siempre evidente pero real, y antaño mantenido a raya) de este neocristianismo progre resurge inevitablemente y con una fuerza inusitada en esta época en que ya no quedan muros de sólidos cimientos europeos que contengan la avalancha en curso. Mientras el catolicismo estuvo supeditado al patriotismo y hubo verdadera mentalidad faustica, la subterránea corriente de este neocristianismo no pudo derribar el edificio, aunque si intentó socavar sus bases, lentamente pero sin descanso. Estamos asistiendo al resultado de ese largo proceso de desgaste. Las mejores y más nobles virtudes europeas (actualmente puestas al servicio del mundialismo, una cosmovisión ajena a su genio y por lo tanto contraria a sus verdaderas esencias) sirvieron, paradójica e irónicamente, para darle en su momento al cristianismo una fortaleza y una energía que al final de su impulso, donde actualmente se han impuesto las nociones apátridas y cosmopolitas, ha acabado agotando el cuerpo que las generó. Desintegradas las nociones de vitalidad, energía y cualidades de la población que hizo de soporte deviene la ruina al ser empleadas en una causa (neocristianismo y su misión de universalismo humanitarista) destinada al fracaso desde su misma concepción, a menos que su razón de ser fuera precisamente la de arruinar el sentimiento nacional, meritocrático y toda capacidad de liderazgo y nobleza. Cada día más cristianos se sienten menos representados por esta Iglesia que ha sustituido el objetivo de la evangelización por el de la caridad mal entendida. Se ofrecen panes y peces a quienes serán mañana nuestros verdugos. Nigeria constituye el mejor ejemplo de lo que le espera a Europa y a las instancias católicas que carecerán de fuerza moral (y ya no digamos la otra) para enfrentarse a una mayoría de ‘nuevos europeos’ que exigirán la implantación de la sharia en nuestros países. El donjulianismo ha prendido con fuerza en esta entidad. El pasado 21 de marzo, coincidiendo con el Día mundial contra el racismo y la xenofobia. diversas entidades sociales, políticas, de inmigrantes y sindicatos se agruparon en la Plataforma ciudadana contra el racismo, de la que Cáritas forma parte, para reclamar “Igualdad para vivir, diversidad para convivir”.

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