36 años después de la muerte del Caudillo la España una, la España mucho más grande de lo que nosotros mismos pensábamos y mucho más grande de como la recibió el Generalísimo y la España libre, la España soberana e independiente de españoles libres en su justo termino, es decir, de españoles con una libertad debidamente limitada, ya no es ni una, ni grande, ni libre.
No es una. Ya no es de hecho una nación soberana y ahí están los Estatutos soberanistas de vascos y catalanes y el afán imitador de muchas otras Comunidades Autónomas que han convertido a España en un vergonzoso Reino de Taifas dirigido por una casta política lamentable que se reparte las regiones como un botín que explotar con la figura decorativa de un Rey cuyo nombre será recordado en la historia de España con asco.
No es grande sino más pequeña, mucho más pequeña, que en 1.975. Hoy España es una nación chuchurría, avergonzada de sí misma, que despierta lástima y levanta desprecio al mismo tiempo por la situación desastrosa a la que nuestra clase política, nuestros banqueros y nuestros sindicatos, con la ayuda de jueces y periodistas, nos han llevado.
No es libre. Basta con oír al imbécil de Rajoy justificando cada una de las medidas-sandez que adopta con el latiguillo de que no podemos elegir y que nos lo imponen desde Europa. Supongo que dirán que ya no estamos aislados de Europa. Ahora estamos a las órdenes de Alemania.
Este es el espectáculo a 18 de Julio de 2012. Una nación al borde de la desmembración territorial, próxima a un estallido social monopolizado por la extrema izquierda, dirigida desde Alemania, económicamente en la ruina y sin pintar absolutamente nada entre las demás naciones del mundo. En realidad existiendo por existir sin un ápice de dignidad. Sólo 36 años después de la muerte del Caudillo.
La clase política española es digna del más absoluto desprecio. Franco lo sabía bien. Hasta que España no se libre de sus políticos y controle a sus banqueros, a la izquierda, a los periodistas y a los jueces y les haga desfilar, por las buenas o por las malas, en la dirección correcta, España seguirá siendo una ruina.
Es necesario un nuevo 18 de Julio pero hasta que éste se produzca, si es que sucede alguna vez, aún falta mucho tiempo y habrá que sufrir mucho. España volverá a ser gobernada por la izquierda en medio de una situación social muy dura tras el desastre que deje preparado este idiota llamado Rajoy y los resultados de ese Gobierno de izquierda serán terribles y la vida de los opositores a ese Gobierno de izquierdas muy difícil. Lo único bueno de este panorama es que el patriotismo español, a poco que haga lo que debe en lugar de seguir haciendo el majadero, debiera crecer hasta con facilidad.
Editorial Nº9 de El Patriota
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