Algunas reflexiones sobre Ramiro Ledesma Ramos.

No creo que lo que voy a decir a continuación no lo haya sido dicho alguien con anterioridad: las ideas políticas de Ramiro Ledesma Ramos cobran una importancia más que relevante en estos días oscuros, y siempre tendremos la impresión de que algo falta, de que existe un proceso revolucionario que quedó inconcluso. Es debido a esta misma inconclusión, que ideas políticas que se desarrollaron en la década de los 30’s en una España convulsionada y dividida, aún siguen vigentes, incluso en una realidad tan diferente como la de hoy.

Vivimos en un momento de la historia, en la cual, los sindicatos son elementos muertos y meros apéndices de la partidocracia, o lo que es peor, simples piezas decorativas. Con una izquierda que tuvo una importancia relevante dentro de las manifestaciones sindicales, ahora obesa, gracias a las grandes regalías con que el mundialismo la ha domesticado, entiéndase por esto, cediendo a los valores de ésta-“valores” ligados a las “libertades individuales” que con el tiempo se trasformaron en desgracias colectivas: aborto, drogas, homosexuales, igualitarismo y nivelación por lo bajo, nihilismo destructivo, “burguesía revolucionaria”, “marketing revolucionario”, racismo mediante el mestizaje forzado bajo el eufemismo del “antirracismo” etc. Y así, la izquierda fue domesticada.

Leyendo las obras de Ramiro Ledesma, además de literatura referida a su persona e ideas políticas, siempre me abordó la sensación de que en su imagen estaba recalcada la figura del líder ascético y humilde, el intelectual y aventurero abocado cien por ciento a su nación y a su pueblo. Jamás veremos en su figura al personaje populista que lograba la gravitación de las masas en torno a su estética. Es la bandera roji-negra de las JONS un símbolo de ascetismo revolucionario.

Podemos referirnos a Ledesma como uno de los más injustamente postergados de la historia, siempre bajo la sombra de Primo de Rivera, esto, y hay que recalcarlo, como obra del régimen franquista, el cual convenció durante décadas que enaltecer la figura de Ledesma Ramos era bajarle el perfil a Primo de Rivera. La satanización de los llamados “hedillistas” por parte de los falangistas que se vendieron al Nacional-Catolicismo de Franco, un Felipe Ximénez de Sandoval, de los primeros en comenzar a ningunear la imagen del fallecido Ramiro Ledesma Ramos, y con el Decreto de Unificación de 1937; el franquismo de apropia se los símbolos y consignas de las JONS, y comienza el largo proceso de ocultar la figura de Ramiro y la verdadera ideología jonsista.

Cuando varios autores comienzan a reflotar el ideario de las JONS y la figura de Ramiro Ledesma Ramos, se dieron cuenta que la tarea no sería fácil, en un mundo donde las corrientes nacionalistas se apegaban, y aun lo hacen, al fetiche estético y a la valoración de la “ideología de los vencidos”…  ¿Habría cabida para el guerrero ascético, de bajo perfil, intelectual y dinámico en estos nuevos y apagados tiempos?

Si tengo que recalcar a aquellos que se han esmerado en entregar a las nuevas generaciones la obra y pensamiento de Ramiro Ledesma Ramos, obstante a sus visiones y los conflictos que estas puedan acarrear, es momento de señalar a José Cuadrado Costa, Juan Antonio Llopart, Emiliano Aguado, Santiago Montero Díaz, y al siempre riguroso Erik Norling, por sus detallados estudios sobre el pensamiento político de las JONS y quienes eran los demás compañeros de lucha de Ledesma Ramos. Tampoco olvidar el gran trabajo realizado por la Fundación Ramiro Ledesma Ramos, con la publicación de ese gigantesco “ladrillo” en cuatro tomos de las obras completas de Ledesma.

Sólo me cabe señalar, para finalizar estas humildes palabras, que el perfil del joven revolucionario inspirado en la imagen y pensamiento de Ramiro Ledesma Ramos, siempre, será muy distinta a otros militantes, y que la idea de una revolución inconclusa, de un proceso sin terminar, de un círculo roto siempre será una idea que tendremos incrustada año tras año cuando se acerque esta triste efeméride.

Camarada Ramiro Ledesma Ramos ¡presente!

Capitán Brujo.