NO PARAR HASTA CONQUISTAR. CUENCA NUNCA SERÁ LO QUE MERECE MIENTRAS LOS CACIQUES DIRIJAN NUESTRA PROVINCIA



viernes, 5 de octubre de 2012

Revolución Nacional


Las juventudes españolas, como sujetos históricos de la revolución nacional, tienen sobre todo que elegir, sin posibilidad de opción, como campo y teatro de su presencia, éste: la acción política. Y ello, nunca para incrustarse en sus banderas actuales ni para servir lo más mínimo los problemas que en ella se planteen, sino con esta doble finalidad: primera, apoderarse de las zonas rectoras, donde en realidad se atrincheran los poderes más directamente responsables de la inercia hispana; segunda, acampar en el seno mismo de las eficacias populares, en el torbellino real de las masas.
No es, pues, en la ciencia, en la religión, en la sabiduría profesional, en el culto doméstico, en el deporte, donde la acción y la presencia de las juventudes debe manifestarse en esta coyuntura anómala de la Patria: es en la Acción Política. Aquí tienen que confluir los bríos, considerando aquéllas otras cosas como valores que en este momento deben subordinarse a los propósitos de la revolución nacional, objetivo en el fondo de índole política, y reconociendo que aquellos son inoperantes, parciales, e inadecuados por sí solos para las tareas históricas que hoy nos corresponden.
España no recobrará su gran destino ni los españoles recobrarán su vida digna, con rapidez y urgencia, por el camino de la sabiduría, ni por el de la misión religiosa ni por el de la preparación profesional ni por el hecho de que todos seamos buenos deportistas. Todo eso, aún logrado, podría muy bien convivir con la desgracia histórica de España, con su servidumbre, con su disgregación y con su esclavitud internacional.
El timón de la rapidez, de la urgencia es el que permita desarticular y vencer el poder político dominante, sustituirlo, y emprender con las masas españolas la edificación y conquista histórica de la Patria. Eso requiere ir a la acción política, aun con el propósito evidentemente de reducir a cenizas la política partidista, mendaz y urdidora de desastres.
Presentar a las juventudes el camino de la acción política es mostrarle el lugar concreto donde reside el timón histórico que ellas precisamente necesitan, donde está —y en manos ineptas, insensibles o traidoras— el transmutador eléctrico, mediante el que se dan los dramáticos apagones o se encienden y abrillantan las rutas históricas.
No hay escepticismo peor ni doctrina más perniciosa e impotente para las juventudes que el caer en el apartamiento, la desilusión y el desprecio inactivo por las movilizaciones y eficacias del linaje político.
Quienes las adopten se condenan sin remisión a un limbo permanente, a una eterna infancia de imbéciles y de castrados. La primera preocupación estratégica es, pues, la creación de un órgano de acción política, bien acorazado para resistir las sirenas, para despreciar los contubernios y para dar el golpe definitivo al artilugio político de los partidos en que se basa y apoya el Estado vigente. A la política, pues, no en papel de rivales de estos o aquellos partidos, sino en rivalidad permanente y absoluta con el sistema entero. Política contra las políticas. Partido contra los partidos
Ramiro Ledesma Ramos 
"Discurso a las Juventudes de España"

No hay comentarios:

Publicar un comentario