Crónica: Encuentro con un Divisionario |
Martes, 21 de Mayo de 2013 23:00 |
Una ilusión sublime, un honor indescriptible, fueron algunos de los sentimientos que compartimos los afortunados que escuchamos el sábado 18 de mayo, los relatos de Don Demetrio Castro Villacañas, voluntario de la División Azul.
Como punto de partida, se enunció una breve descripción biográfica:
“Don Demetrio Castro Villacañas (Huete.Cuenca,1919), Doctor en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid y periodista titulado por la Escuela Oficial de Periodismo de Madrid . Delegado del ministerio de Información y Turismo, (dependiente de Don Manuel Fraga). Corresponsal en Roma. Simultaneó su actividad en el diario ARRIBA (fundador y redactor jefe) con emisiones en Radio Intercontinental y Radio Nacional. Entre sus publicaciones como escritor destaca“Elegía a los muertos lejanos”. (En homenaje a los caídos de La División Azul).
Brillante trayectoria profesional, un nexo de unión para ceder la palabra a Don Demetrio, que con una magistral oratoria, sustentada en una dialéctica transparente, directa y altamente emotiva, nos “hipnotizaría” a los presentes. Historias de guerra y amor, profundamente humanas, donde se interrelacionó permanentemente la comunión y complicidad existente entre los voluntarios españoles y el pueblo ruso sometido por el comunismo. Experiencias vividas en Rusia desde su alistamiento como voluntario en la División Azul (1941). Narraciones épicas de compañeros desaparecidos, encuentros amorosos de los divisionarios con las ciudadanas rusas y desafortunados desengaños de alguno de éstos a su regreso a España. Relatos emitidos desde lo más intrínseco de su corazón, reviviéndolos, después de pasar en Rusia cuatro años; dos de ellos como soldado en el cuartel general (1941-1943) y otros dos como director del periódico: “La Hoja de Campaña”. (Riga y Griovöro).
En cuanto a las operaciones militares, destacó por su crudeza la famosa batalla Krasny Bor, (10 de febrero de 1943), resaltando como rasgos característicos de los voluntarios españoles: la temeridad, osadía, valentía y eficacia en la línea de combate. Haciendo buen recuerdo de los campos de prisioneros de Kolpino, Cheropoviest. Karchov y Ravda, se ensalzó la memoria del capitán Palacios, símbolo de resistencia, dignidad y sufrimiento. Pese a padecer aislamientos, trabajos forzados, traslados y torturas físicas y psicológicas permanentes, Palacios fue un ejemplo para sus compañeros; velando por el cumplimento de la “Convención de Ginebra” y renunciando a su libertad por mantener su último servicio a la Patria. De mención especial resultaría también la dureza del invierno ruso, con temperaturas extremas de cuarenta y cinco grados bajo cero en las proximidades del río Voljov. Condiciones que originaron la creación de dos compañías de esquiadores: una de infantería y otra de zapadores.
Deleitándonos con sus palabras, Don Demetrio, a modo de conclusión quiso hacer constar, que el intervencionismo español en la “Segunda Guerra Mundial”, lo focalizaron él y sus camaradas en una lucha contra el comunismo opresor, y jamás contra el pueblo ruso, víctimas de una falsa y prostituida doctrina social, que enmascaraba la más terrible de las tiranías. Un comunismo represor padecido por los españoles en la “Guerra Civil Española” (1936-1939); dirigido desde Moscú y orientado hacia una persecución atroz contra el cristianismo y sus símbolos, a los que precisamente se aferraron más firmemente que nunca los valientes voluntarios divisionarios en su aventura europea.
Al finalizar su intervención, Alejandro T. en nombre de “Alianza Nacional”, entregó una placa al ponente, reconociendo su valor y heroísmo como voluntario de la División Azul.
Antes de marcharse, Don Demetrio Castro Villacañas, conteniendo su emoción y con grandes dotes de sabiduría, nos reunió alrededor de él, pidiendo que continuáramos desde la unidad la lucha iniciada por ellos, haciéndonos repetir a su vez, “el grito de guerra” que pronunciaba junto a sus compañeros en Rusia: ¡ARRIBA ESPAÑA!
La realidad es que las palabras escuchadas la tarde del 18 de mayo, evidencian aspectos, creencias y caracteres comunes de los españoles, poniéndose de manifiesto que los 4954 fallecidos divisionarios, lucharon y murieron por ideas preconcebidas, pudiendo sentir “emociones gratas elegidas” antes de caer, porque acaso, ¿existe mejor excusa para morir?, ¿qué ofrecer la vida a tu patria, pensando en amores verdaderos y en reencuentros más allá de la vida terrenal?
Para nuestro protagonista, mi más sentido homenaje. ¡Honor y gloria a Don Demetrio Castro Villacañas! ¡Honor, gloria e inmortalidad a La División Azul!
Jesús JJ.
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