Yo he visto cosas que vosotros no creeríais.
Yo he visto atacar naves en llamas más allá de Orión.
Yo he visto rayos “C” brillar en la oscuridad más allá de la puerta de Tannhauser.
Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia.
Es hora de morir.
Blade Runner.
Yo he visto las puestas del sol más increíbles que os podéis imaginar.
Yo he visto la luna de cerca.
Yo he visto los árboles más altos del mundo.
Yo he visto, y he vivido las lluvias tropicales más salvajes del mundo.
Yo he visto un rayo caer sobre una choza y destrozarla.
Yo he visto las playas más bonitas y peligrosas del mundo.
Yo he visto, y he vivido con los insectos más grandes y peligrosos del mundo.
Yo he visto, y he convivido con animales salvajes.
Yo he vivido y me he criado en libertad, en la selva del África negra.
Elobeygrande.
Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia.
Es hora de morir.
http://www.youtube.com/watch?v=5BIakRTq25E
Guinea Ecuatorial vivió casi dos siglos de historia dentro de la corona española, ciento diez años de dominio real, como un espejismo extraño y ajeno a la mayor parte de la población, cuando ya los jirones del imperio eran un recuerdo lejano y doloroso. Se calcula que en tan largo periodo poco más de 50.000 españoles llegaron a pisar este territorio africano. La tardía vocación africanista española, el abandono administrativo de la colonia y las difíciles condiciones de vida en el territorio demoraron su plena integración en el proyecto español hasta comienzos del siglo XX y la madurez económica no le llegaría hasta los años cuarenta.
El sueño del África negra lo compartieron durante ciento noventa años varias generaciones, y su imagen debe prevalecer en la memoria histórica de los españoles como un capítulo significativo de un imperio que no pudo ser, por la mezquindad de las grandes potencias coloniales, pero en el que España aportó un gran sacrificio y la sangre de muchos de sus hijos. El último capítulo de las relaciones entre España y Guinea Ecuatorial, autónoma desde 1964 e independiente desde el 12 de octubre de 1968, aún está lejos de escribirse, y los españoles tendrán que volver su mirada hacia sus antiguos territorios, asumiendo tanto los errores como las virtudes de la colonización.
Crónica de la Guinea Ecuatorial.
Edi.- Sial/ Casa de África.
J.L. Centurión.
La actual Guinea Ecuatorial se forma de su área continental, Río Muni, además de las islas de Fernando Poo (actual Bioko), Annobón y otras pequeñas islas (Corisco, Elobey Grande y Chico, etc.) en la costa de Río Muni. La parte continental y las islas se encuentran a una relativa distancia y además experimentan bastantes diferencias en cuanto población, economía e historia.
Río Muni ocupa la mayor parte del país (el 93% de la superficie), pero generalmente no es la principal zona económica. El centro estaba en la isla de Fernando Poo, donde estaba la capital de la colonia y del país Santa Isabel (actualmente Malabo) hasta el año 2000. Solamente a partir de la independencia en 1968, la zona continental ha ido adquiriendo mayor importancia, debido sobre todo a que los dos presidentes han venido de esta zona.
En la zona continental los suelos son pobres, de modo que la agricultura siempre se desarrolla a pequeña escala La caza ha tenido así siempre un papel importante. Dominada por las selvas tropicales y con las condiciones agrícolas que promovían a comunidades semi-sedentarias, la densidad demográfica era baja y había pocas condiciones que facilitaban el establecimiento de pueblos estables o reinos. En Fernando Poo, los suelos son algo más ricos debido a la naturaleza volcánica de la isla, pero las lluvias, demasiado pesadas en la mayoría de la isla, y su topografía montañosa refrenan la agricultura a sólo unas pocas zonas, hasta mediados de los años 40 cuando empieza a desarrollarse una fuerte agricultura en fincas de colonos, por cierto muchos eran catalanes.
Hay dos pueblos que dominan, cada uno, su propia región en Guinea Ecuatorial. La población de la isla de Fernando Poo son los bubis (también llamados Isleños). Ellos eran, probablemente, los primeros en llegar a la isla, y era la única gente hasta que los contactos externos llegaron con los europeos. Durante los siglos de interacción entre bubis, europeos y africanos del oeste (trabajo importado), emergió una población criolla, los fernandinos. Desde el s. XX, cada vez más fang de la zona de Río Muni comenzaron a desplazarse también a la capital.
El pueblo fang es el dominante en la zona continental de Río Muni y también el más extendido en Guinea Ecuatorial. Los fang también pueblan áreas extensas en Camerún y Gabón.
Yo he vivido en las aldeas (puestos) tanto del continente (Rio Muni) como de Fernando Poo (Isla) pero nunca en las capitales, siempre en plena selva. En el continente en muchos puestos, Rio Benito, Evinayong, Sevilla de Niefang, Micomeseng, Ebebiyin y Cogo situado en el estuario del Rio Muni con las Islas de Elobey grande y Elobey chico (deshabitadas en aquella época)) dentro de la jurisdicción de Cogo y a poco tiempo de navegación en “cayuco” (con motor, claro). En la Isla, en San Carlos, en la parte alta de la Isla (volcánica) en la zona llamada Moca se instalaban los campamentos de la O.J.E. También estuve en Corisco, otra isla.
El clima es Tropical por supuesto, con épocas de grandes lluvias, la temperatura tiene una media alta, y hasta que te acostumbras la sensación es de un calor pegajoso insoportable. Es obligatorio, por precaución por lo menos en mi época, llevar siempre un Sarakof (tenía un agujeritos de ventilación), muy típico de las colonias no sólo en Guinea ecuatorial. También era muy necesario protegerse contra el “come come” nubes de mosquitos que preceden a las lluvias. De los insectos quizás los más molestos eran las “niguas” (son como larvas) se metían en las uñas de los pies y sólo un experto africano con un palito de bambú era capaz de solucionar el problema, yo era un asiduo, al estar siempre haciendo una vida al aire libre y por terrenos húmedos. Peligros, todos, una araña peluda más grande que mi mano podía matarme en poco tiempo, pero tengo que reconocer que eran extraordinarias, de una belleza inusual, por cierto muy apreciadas por los coleccionistas de todo el mundo, mi madre las empaquetaba y las mandaba a todos los que se la pedían, pero eso son otras historias que en este artículo no tienen cabida.
En los años en lo que yo viví (finales de los años 50 hasta 1967) Guinea Ecuatorial tenía una economía tan prospera que llego a convertirse en la nación más rica de todo África, las exportaciones de Cacao, Café, maderas nobles (ébano, palo rosa), algodón, frutas tropicales (bananas, papayas, nada que ver con las de aquí, piñas, nada que ver tampoco…), y una pesca muy abundante (incluidos tiburones) logran ese milagro económico. Se conocía la existencia del petróleo pero nunca se llego a explotar. Los Norte Americanos eran los principales compradores. Era curioso el tema porque a la vez que venían con sus cargueros para llevarse los productos hacían negocio con nosotros, nos vendían ropa, aparatos electrodomésticos, alimentos…, en la península (España) ni siquiera se conocían.
Como en cualquier provincia española las leyes y la forma de estructura social era igual para todos, negros y blancos. Buena prueba de ello es la implantación de las mismas organizaciones que había en la península, una de ellas era la organización juvenil española (OJE), pero guineana. En aquellos años había un Gobernador Civil y otro Militar, al principio el cargo recaía sobre la misma persona, más adelante, principios de los 60 y sobre todo mediados estaban separados por la sencilla razón que al concederse, sobre el 64, la autonomía al territorio el cargo recayó sobre Bonifacio Ondó Edú, o sobre Federico Ngnomo, no me acuerdo, en cualquiera de los casos eran los dos personas con suficiente preparación adquirida en la universidad en España, como otros muchos, que mediante el sistema de becas de aquellos años pudieron acceder a completar sus estudios superiores.
Podemos pues contemplar una serie de fotos para comprobarlo.
Foto1.- Una magnífica formación de camaradas guineanos.
Foto 2.- Ejercicios de tiro al arco.
Foto 3.- Tiendas de campaña del campamento de la OJE en Moca, Santa Isabel Fernando Poo.
Foto 4.- Mandos de la OJE.
Foto 5.- Típica foto de convivencia. Todos iguales.
Foto 6.- La sección femenina también estaba presente con sus mandos.
Foto 7.- Desde pequeños, todos iguales.
Foto 8.- Juntos y revueltos, con los mandos.
Foto 9.- Foto importante, creo que es Bonifacio Ondó (no me acuerdo bien de él), con chaqueta, visitando un campamento de la OJE. En una de sus vistas a las Aldeas (puestos) del interior me regalo un cabritillo, lo adiestre y me seguía a todos partes, también tuve una chimpancé llamada Carlota, tenía una fuerza increíble cuando le daba por enroscarse en mis piernas no había manera de soltarla, tuve también titis, loros y bastantes “bichos” de otras clases, pero eso es otra historia, también.
Foto 10.- Mi padre con uniforme de Capitán del ejército (Aire), 3ª promoción de la academia general de San Javier, 2º promoción de caballeros paracaidistas (más de 500 saltos, de la época), veterano de la guerra de Ifni.
Foto 11.- Mi padre ejerciendo como delegado gubernativo en uno de los puestos. Eran los encargados de la ley y el orden en la zona asignada, al mando de un destacamento de la guardia territorial y una pequeña agrupación de la guardia civil, siempre que fuera en Rio Muni (continente) y en el interior de la selva, en las zonas costeras también estaban los marinos, pero eso es otra historia, también.
Foto 12.- Guardia territorial.
Por último una foto muy típica.
Foto 13.- Un “balele”. Fiestas típicas de guinea.
Sin que sirva de precedente.
Foto 14.- Yo
Con cara de interrogación. No me acuerdo muy bien pero creo que era en Cogo (Rio Muni) o, en San Carlos Fernando Poo (Isla). Con esos años debería ir ya por mi sexta vacuna antitetánica y había pasado ya las fiebres del mosquito anopheles (paludismo), gracias a Dios nunca me pico el mosca “tse tse” (enfermedad del sueño), no había cura. Una curiosidad, yo no puedo donar sangre podría transmitir el paludismo, soy portador, algo me traje.
En 1968 por presiones de esa nefasta organización supranacional llena de corruptos, burócratas, cleptómanos, causante de millones de muertos en África llamada O.N.U. presionó al gobierno Español para declarar la independencia del territorio bajo un sistema electoral presidencialista, y claro, salió quien no tenía que salir, un oficinista poco preparado pero de la mayoría fang, Francisco Macías en lugar de Bonifacio Ondó, un hombre preparado, milagros de la democracia.
Y aquí se acabo la historia, los pocos españoles que aguantaron en Guinea tuvieron que salir corriendo, algunos de ellos pasaron por prisión en unas condiciones terribles, y recuerdo que cuando volvían de Guinea llegaban despojados de todo, venían exclusivamente con lo puesto. Los últimos números de Guardia Civil, según contaron ellos, salieron a tiro limpio por la pista del aeropuerto.
Para terminar este relato de las memorias de un “pequeño infante” español en África dos pequeños apuntes.
Cuando llegué a la península (España), lo único que me gusto fue el descubrimiento del ascensor, me pase varias horas subiendo y bajando en ese aparato infernal.
Un párrafo de J.A.P.R.
Simplemente por eso porque nosotros entendemos que una nación no es –meramente el atractivo de la tierra donde nacimos, no es esa emoción directa y sentimental que sentimos todos en la proximidad de nuestro terruño, sino, que una nación es una unidad en lo universal, es el grado a que se remonta un pueblo cuando cumple un destino universal en la Historia. Por eso, porque España cumplió sus destinos universales cuando estuvieron juntos todos sus pueblos, porque España fue nación hacia fuera, que es como se es de veras nación, cuando los almirantes vascos recorrían los mares del mundo en las naves de Castilla, cuando los catalanes admirables conquistaban el Mediterráneo unidos en naves de Aragón, porque nosotros entendemos eso así, queremos que todos los pueblos de España sientan, no ya el patriotismo elemental con que nos tira la tierra, sino el patriotismo’ de la misión, el patriotismo de lo trascendental, el patriotismo de la gran España.
Efectivamente, cuando todos los españoles tengamos una “misión” común, volveremos a ser “imperio”.
Yo he visto atacar naves en llamas más allá de Orión.
Yo he visto rayos “C” brillar en la oscuridad más allá de la puerta de Tannhauser.
Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia.
Es hora de morir.
Blade Runner.
Yo he visto las puestas del sol más increíbles que os podéis imaginar.
Yo he visto la luna de cerca.
Yo he visto los árboles más altos del mundo.
Yo he visto, y he vivido las lluvias tropicales más salvajes del mundo.
Yo he visto un rayo caer sobre una choza y destrozarla.
Yo he visto las playas más bonitas y peligrosas del mundo.
Yo he visto, y he vivido con los insectos más grandes y peligrosos del mundo.
Yo he visto, y he convivido con animales salvajes.
Yo he vivido y me he criado en libertad, en la selva del África negra.
Elobeygrande.
Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia.
Es hora de morir.
http://www.youtube.com/watch?v=5BIakRTq25E
Guinea Ecuatorial vivió casi dos siglos de historia dentro de la corona española, ciento diez años de dominio real, como un espejismo extraño y ajeno a la mayor parte de la población, cuando ya los jirones del imperio eran un recuerdo lejano y doloroso. Se calcula que en tan largo periodo poco más de 50.000 españoles llegaron a pisar este territorio africano. La tardía vocación africanista española, el abandono administrativo de la colonia y las difíciles condiciones de vida en el territorio demoraron su plena integración en el proyecto español hasta comienzos del siglo XX y la madurez económica no le llegaría hasta los años cuarenta.
El sueño del África negra lo compartieron durante ciento noventa años varias generaciones, y su imagen debe prevalecer en la memoria histórica de los españoles como un capítulo significativo de un imperio que no pudo ser, por la mezquindad de las grandes potencias coloniales, pero en el que España aportó un gran sacrificio y la sangre de muchos de sus hijos. El último capítulo de las relaciones entre España y Guinea Ecuatorial, autónoma desde 1964 e independiente desde el 12 de octubre de 1968, aún está lejos de escribirse, y los españoles tendrán que volver su mirada hacia sus antiguos territorios, asumiendo tanto los errores como las virtudes de la colonización.
Crónica de la Guinea Ecuatorial.
Edi.- Sial/ Casa de África.
J.L. Centurión.
La actual Guinea Ecuatorial se forma de su área continental, Río Muni, además de las islas de Fernando Poo (actual Bioko), Annobón y otras pequeñas islas (Corisco, Elobey Grande y Chico, etc.) en la costa de Río Muni. La parte continental y las islas se encuentran a una relativa distancia y además experimentan bastantes diferencias en cuanto población, economía e historia.
Río Muni ocupa la mayor parte del país (el 93% de la superficie), pero generalmente no es la principal zona económica. El centro estaba en la isla de Fernando Poo, donde estaba la capital de la colonia y del país Santa Isabel (actualmente Malabo) hasta el año 2000. Solamente a partir de la independencia en 1968, la zona continental ha ido adquiriendo mayor importancia, debido sobre todo a que los dos presidentes han venido de esta zona.
En la zona continental los suelos son pobres, de modo que la agricultura siempre se desarrolla a pequeña escala La caza ha tenido así siempre un papel importante. Dominada por las selvas tropicales y con las condiciones agrícolas que promovían a comunidades semi-sedentarias, la densidad demográfica era baja y había pocas condiciones que facilitaban el establecimiento de pueblos estables o reinos. En Fernando Poo, los suelos son algo más ricos debido a la naturaleza volcánica de la isla, pero las lluvias, demasiado pesadas en la mayoría de la isla, y su topografía montañosa refrenan la agricultura a sólo unas pocas zonas, hasta mediados de los años 40 cuando empieza a desarrollarse una fuerte agricultura en fincas de colonos, por cierto muchos eran catalanes.
Hay dos pueblos que dominan, cada uno, su propia región en Guinea Ecuatorial. La población de la isla de Fernando Poo son los bubis (también llamados Isleños). Ellos eran, probablemente, los primeros en llegar a la isla, y era la única gente hasta que los contactos externos llegaron con los europeos. Durante los siglos de interacción entre bubis, europeos y africanos del oeste (trabajo importado), emergió una población criolla, los fernandinos. Desde el s. XX, cada vez más fang de la zona de Río Muni comenzaron a desplazarse también a la capital.
El pueblo fang es el dominante en la zona continental de Río Muni y también el más extendido en Guinea Ecuatorial. Los fang también pueblan áreas extensas en Camerún y Gabón.
Yo he vivido en las aldeas (puestos) tanto del continente (Rio Muni) como de Fernando Poo (Isla) pero nunca en las capitales, siempre en plena selva. En el continente en muchos puestos, Rio Benito, Evinayong, Sevilla de Niefang, Micomeseng, Ebebiyin y Cogo situado en el estuario del Rio Muni con las Islas de Elobey grande y Elobey chico (deshabitadas en aquella época)) dentro de la jurisdicción de Cogo y a poco tiempo de navegación en “cayuco” (con motor, claro). En la Isla, en San Carlos, en la parte alta de la Isla (volcánica) en la zona llamada Moca se instalaban los campamentos de la O.J.E. También estuve en Corisco, otra isla.
El clima es Tropical por supuesto, con épocas de grandes lluvias, la temperatura tiene una media alta, y hasta que te acostumbras la sensación es de un calor pegajoso insoportable. Es obligatorio, por precaución por lo menos en mi época, llevar siempre un Sarakof (tenía un agujeritos de ventilación), muy típico de las colonias no sólo en Guinea ecuatorial. También era muy necesario protegerse contra el “come come” nubes de mosquitos que preceden a las lluvias. De los insectos quizás los más molestos eran las “niguas” (son como larvas) se metían en las uñas de los pies y sólo un experto africano con un palito de bambú era capaz de solucionar el problema, yo era un asiduo, al estar siempre haciendo una vida al aire libre y por terrenos húmedos. Peligros, todos, una araña peluda más grande que mi mano podía matarme en poco tiempo, pero tengo que reconocer que eran extraordinarias, de una belleza inusual, por cierto muy apreciadas por los coleccionistas de todo el mundo, mi madre las empaquetaba y las mandaba a todos los que se la pedían, pero eso son otras historias que en este artículo no tienen cabida.
En los años en lo que yo viví (finales de los años 50 hasta 1967) Guinea Ecuatorial tenía una economía tan prospera que llego a convertirse en la nación más rica de todo África, las exportaciones de Cacao, Café, maderas nobles (ébano, palo rosa), algodón, frutas tropicales (bananas, papayas, nada que ver con las de aquí, piñas, nada que ver tampoco…), y una pesca muy abundante (incluidos tiburones) logran ese milagro económico. Se conocía la existencia del petróleo pero nunca se llego a explotar. Los Norte Americanos eran los principales compradores. Era curioso el tema porque a la vez que venían con sus cargueros para llevarse los productos hacían negocio con nosotros, nos vendían ropa, aparatos electrodomésticos, alimentos…, en la península (España) ni siquiera se conocían.
Como en cualquier provincia española las leyes y la forma de estructura social era igual para todos, negros y blancos. Buena prueba de ello es la implantación de las mismas organizaciones que había en la península, una de ellas era la organización juvenil española (OJE), pero guineana. En aquellos años había un Gobernador Civil y otro Militar, al principio el cargo recaía sobre la misma persona, más adelante, principios de los 60 y sobre todo mediados estaban separados por la sencilla razón que al concederse, sobre el 64, la autonomía al territorio el cargo recayó sobre Bonifacio Ondó Edú, o sobre Federico Ngnomo, no me acuerdo, en cualquiera de los casos eran los dos personas con suficiente preparación adquirida en la universidad en España, como otros muchos, que mediante el sistema de becas de aquellos años pudieron acceder a completar sus estudios superiores.
Podemos pues contemplar una serie de fotos para comprobarlo.
Foto1.- Una magnífica formación de camaradas guineanos.
Foto 2.- Ejercicios de tiro al arco.
Foto 3.- Tiendas de campaña del campamento de la OJE en Moca, Santa Isabel Fernando Poo.
Foto 4.- Mandos de la OJE.
Foto 5.- Típica foto de convivencia. Todos iguales.
Foto 6.- La sección femenina también estaba presente con sus mandos.
Foto 7.- Desde pequeños, todos iguales.
Foto 8.- Juntos y revueltos, con los mandos.
Foto 9.- Foto importante, creo que es Bonifacio Ondó (no me acuerdo bien de él), con chaqueta, visitando un campamento de la OJE. En una de sus vistas a las Aldeas (puestos) del interior me regalo un cabritillo, lo adiestre y me seguía a todos partes, también tuve una chimpancé llamada Carlota, tenía una fuerza increíble cuando le daba por enroscarse en mis piernas no había manera de soltarla, tuve también titis, loros y bastantes “bichos” de otras clases, pero eso es otra historia, también.
Foto 10.- Mi padre con uniforme de Capitán del ejército (Aire), 3ª promoción de la academia general de San Javier, 2º promoción de caballeros paracaidistas (más de 500 saltos, de la época), veterano de la guerra de Ifni.
Foto 11.- Mi padre ejerciendo como delegado gubernativo en uno de los puestos. Eran los encargados de la ley y el orden en la zona asignada, al mando de un destacamento de la guardia territorial y una pequeña agrupación de la guardia civil, siempre que fuera en Rio Muni (continente) y en el interior de la selva, en las zonas costeras también estaban los marinos, pero eso es otra historia, también.
Foto 12.- Guardia territorial.
Por último una foto muy típica.
Foto 13.- Un “balele”. Fiestas típicas de guinea.
Sin que sirva de precedente.
Foto 14.- Yo
Con cara de interrogación. No me acuerdo muy bien pero creo que era en Cogo (Rio Muni) o, en San Carlos Fernando Poo (Isla). Con esos años debería ir ya por mi sexta vacuna antitetánica y había pasado ya las fiebres del mosquito anopheles (paludismo), gracias a Dios nunca me pico el mosca “tse tse” (enfermedad del sueño), no había cura. Una curiosidad, yo no puedo donar sangre podría transmitir el paludismo, soy portador, algo me traje.
En 1968 por presiones de esa nefasta organización supranacional llena de corruptos, burócratas, cleptómanos, causante de millones de muertos en África llamada O.N.U. presionó al gobierno Español para declarar la independencia del territorio bajo un sistema electoral presidencialista, y claro, salió quien no tenía que salir, un oficinista poco preparado pero de la mayoría fang, Francisco Macías en lugar de Bonifacio Ondó, un hombre preparado, milagros de la democracia.
Y aquí se acabo la historia, los pocos españoles que aguantaron en Guinea tuvieron que salir corriendo, algunos de ellos pasaron por prisión en unas condiciones terribles, y recuerdo que cuando volvían de Guinea llegaban despojados de todo, venían exclusivamente con lo puesto. Los últimos números de Guardia Civil, según contaron ellos, salieron a tiro limpio por la pista del aeropuerto.
Para terminar este relato de las memorias de un “pequeño infante” español en África dos pequeños apuntes.
Cuando llegué a la península (España), lo único que me gusto fue el descubrimiento del ascensor, me pase varias horas subiendo y bajando en ese aparato infernal.
Un párrafo de J.A.P.R.
Simplemente por eso porque nosotros entendemos que una nación no es –meramente el atractivo de la tierra donde nacimos, no es esa emoción directa y sentimental que sentimos todos en la proximidad de nuestro terruño, sino, que una nación es una unidad en lo universal, es el grado a que se remonta un pueblo cuando cumple un destino universal en la Historia. Por eso, porque España cumplió sus destinos universales cuando estuvieron juntos todos sus pueblos, porque España fue nación hacia fuera, que es como se es de veras nación, cuando los almirantes vascos recorrían los mares del mundo en las naves de Castilla, cuando los catalanes admirables conquistaban el Mediterráneo unidos en naves de Aragón, porque nosotros entendemos eso así, queremos que todos los pueblos de España sientan, no ya el patriotismo elemental con que nos tira la tierra, sino el patriotismo’ de la misión, el patriotismo de lo trascendental, el patriotismo de la gran España.
Efectivamente, cuando todos los españoles tengamos una “misión” común, volveremos a ser “imperio”.
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