Alberto Granados.- Cáritas se ha manifestado en Almería al grito de “ningún ser humano es ilegal”, en favor de los subsaharianos y de los magrebíes musulmanes. Es curioso que lo haya hecho junto a las mismas organizaciones de extrema izquierda (Equo, IU y 15M) que el pasado verano en Madrid insultaban, empujaban y repudiaban a los peregrinos durante la visita papal.
Pero mas curioso es saber que el año pasado no tuvieron a bien manifestarse cuando un centro de Cáritas en Lampedusa (Italia) fue destrozado por magrebíes musulmanes adolescentes mientras gritaban la frase “Alá es el más grande” (Pinchar aquí para ver video).
Esta organización considera que un albergue solo para españoles es algo “racista”, sin embargo no le parece racista un albergue solo para inmigrantes, como el de Caritas Diocesana de Madrid (C/Martin De Los Heros, 21).
El 63% de los beneficiarios de Cáritas Española a nivel nacional son extranjeros, y encima se unen a las asociaciones progres que denuncian la “xenofobia” de los españoles discriminados por ellos, como cualquier otra ONG más.
El obrar “haciendo actos de caridad” de la ONG “católica” (cada vez menos católica), donde el inmigrante tiene preferencia por el mero hecho de serlo, es una excusa racista barnizada de buenismo progre, pues entre sus actividades apenas hay lugar para la primera obligación del católico: predicar el evangelio, acompañándolo de buenas obras.
Dedicarse sólo a actos de caridad, sin una explicación clara del Evangelio es faltar gravemente a su misión en el mundo: “Id por todo el mundo proclamando la Buena Noticia” (Mc 16, 15). No “id por todo el mundo haciendo actos de caridad”.
Mientras tanto seguiremos esperando algún escrito de esta ONG condenando las persecuciones, el acoso, incendio de iglesias, casas y hasta asesinato de cristianos como las ocurridas durante las inundaciones del pasado año en Pakistán, país que negó la ayuda humanitaria a los critianos pakistaníes si no se conviertían al islam (ver noticia: http://www.libertaddigital.com/sociedad/drama-de-los-cristianos-en-pakistan-o-se-convierten-al-islam-o-no-recibiran-ayuda-1276401483/).
Es lógico que cualquier cristiano, como mínimo, ponga el grito en el cielo ante tal barbaridad. De hecho, las autoridades pakistaníes gestionaron la ayuda internacional excluyendo específicamente a los cristianos. Y todo esto era conocido por Cáritas, pero, ¿cuál fue su reacción ante este grave asunto? ¿denunciar esa situación? ¿poner una queja internacional? Nada de eso, su reacción fue pedir ayudas para 10.000 hogares damnificados de Pakistán a sabiendas que el gobierno pakistaní iba a gestionar esas ayudas con el precepto excluyente antes mencionado, donde los cristianos serían los últimos de la fila, suponiendo que les dejaran ponerse a la cola (ver comunicado: http://infocatolica.com/?t=noticia&cod=7086).
En la mejor tradición del delirio samaritanista se podría alegar que “hay que ayudar a todo el mundo sin distinciones”. Pero en la práctica, eso equivalía a que iba a ser gestionada por los pakistaníes sobre el lugar, y lo harían siguiendo su propia lógica: a los infieles ni agua. Y en esas circunstancias el agua era vital. Cuatro dias después mataron a tres voluntarios cristianos que fueron a a la zona a ayudar.
En un texto titulado “Puertas abiertas”, dice Cáritas: “cada uno de nosotros somos un regalo, con la misión de aportar gratuitamente lo que somos, lo que llevamos dentro, lo que se nos ha dado gratis … sacar a la luz ese regalo, ese tesoro enriquecedor para todos, sabiendo también acoger y aceptar a los demás en su diversidad enriquecedora”.
Ya sabemos que Cáritas “acepta a todos por igual”, confundiendo al prójimo con el extraño, dá igual que sean españoles, que extranjeros, que católicos que mahometanos. De hecho estos últimos son el colectivo que mas se beneficia de su generosidad, contraviniendo otras indicaciones:
“No nos cansemos de obrar el bien; que a su tiempo nos vendrá la cosecha si no desfallecemos. Así que, mientras tengamos oportunidad, hagamos el bien a todos, pero especialmente a nuestros hermanos en la fe”. (Gálatas 6, 10.)
Cada vez es más corriente ver una hilera de musulmanas, con sus atavíos en la cabeza, saliendo de Cáritas con el carro lleno. Muchas veces descargan su contenido en el coche del marido, que está aguardando cerca.
Lo mas siniestro de Cáritas es que, pese a los millones de euros del contribuyente que lleva gastados en dar ropa y comida a decenas de miles de musulmanes, no ha conseguido una sóla conversión de éstos al catolicismo. A Caritas la evangelización le trae al pairo. Una prueba de ello la encontramos tanto en su declaración de principios como en sus “propuestas ante los retos de la sociedad actual”, un texto de mas de 80 páginas y en donde no aparece escrita ni una sola vez la palabra “católico”, ni “católica” ni “catolicismo”. Esto se puede comprobar accediendo al informe (Pinchar aquí para leer).
¿Es posible que una asociación, supuestamente católica, no mencione el catolicismo ni lo tenga entre sus propuestas para la sociedad actual? Están colaborando objetivamente con el mundialismo, preparando a los católicos para olvidarse de que lo son.
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