La exploración española de los territorios norteamericanos se inició como continuación de la conquista de los territorios americanos del sur. Pese a lo que la historiografía estadounidense suele señalar, la importancia de España fue fundamental en el posterior desarrollo de su historia, hasta el punto de que los primeros asentamientos europeos en Norteamérica tuvieron como protagonistas a personajes y expediciones de España y no de los ingleses.
No es ningún secreto que los caprichos de la historia, o más bien la fortaleza de un país en una época concreta, acaban por definir el modo en el que la sociedad futura percibirá un acontecimiento, una realidad precisa. Dicho de otro modo, yendo al grano, la percepción popular de que Estados Unidos debe su formación, tiene el germen de su realidad actual, exclusivamente en los comportamientos de los colonos ingleses en su territorio no es una afirmación imprecisa y fuera de la historia real.
Y es que observando hoy las banderas de algunos de los estados norteamericanos hallamos algo que, como mínimo, nos resulta familiar. Por ejemplo, en los estados de Florida o Alabama.
Fue Felipe el Hermoso quien, tras contraer matrimonio con Juana la Loca, adaptó este símbolo para muchas insignias españolas, un símbolo que provenía del ducado de su madre, el ducado de Borgoña. ¿Y qué hace esa cruz históricamente tan española en algunos de los estados más importantes de Estados Unidos? Pues, entre otras cosas, constatar la decisiva presencia española en los primeros balbuceos del que, con los siglos, se convertiría en el país más poderoso del mundo. Y hay más, nombres de ciudades tan importantes dentro de la realidad actual de Estados Unidos como San Francisco, Los Ángeles o San Diego tienen su origen e inspiración en una fundación de la ciudad por individuos provenientes de la península Ibérica. Dicho de otro modo, sin el afán conquistador de los españoles por toda América sería imposible concebir Estados Unidos tal y como los conocemos hoy en día.
La primera aparición europea en el norte de América fue española. Y fue un ambicioso aventurero, gobernador de Puerto Rico en aquel entonces y antiguo auxiliar de Cristóbal Colón en el segundo de sus viajes, quien mayor responsabilidad tuvo en ello: Juan Ponce de León.
Su avidez, su carácter problemático y las promesas indígenas de la existencia de una tierra mágica y rica a la vez le hicieron lanzarse en busca de lo desconocido, de nuevas tierras, de aventura. Al norte de Puerto Rico existía un territorio conocido por los indígenas como Bimini, y en ese lugar afirmaban sus leyendas que brotaba el agua que proporcionaba la eterna juventud. Y allí llegó en 1513, con una flota de tres barcos. No tardó en cambiar el nombre del territorio: lo llamó la Florida; según casi todas las fuentes por haber llegado allí en la época Pascua, a la que por aquel entonces se llamaba Pascua Florida. Otras versiones estiman que esa denominación está basada en la abundancia de flora con la que tropezó la expedición.
Los ataques de los indios, el clima extraordinariamente caluroso, los mosquitos… todo hacía muy difícil el asentamiento en la Florida, pero al final se consiguió.
Los intereses políticos, religiosos, económicos, de expansión y la esperanza de encontrar riquezas en esos territorios fueron la aspiración de adentrarse en esas tierras.
San Agustín de la Florida, en 1565 se convirtió en el primer asentamiento europeo permanente en Estados Unidos.
La mitad de los estados norteamericanos tienen huellas españolas en su historia. Y huellas muy importantes, sin las cuales el desarrollo de este pais nunca hubiera sido el mismo.
La huella española esta marcada para el resto de la historia en los siguientes estados:
Washington
Alaska
Oklahoma
Virginia Oeste
Virginia
Utah
Kansas
Wyoming
Iowa
California
Oregón
Nevada
Nuevo México
Texas
Minnesota
Arkansas
Lousiana
Tennessee
Mississippi
Alabama
Virginia
Delaware
Maryland
Carolina del Norte
Carolina del Sur
Georgia
Florida
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