“Y me dirijo a los falangistas que cuidan de las investigaciones políticas y policiales en las ciudades, y sobre todo en los pueblos. Vuestra misión ha de ser obra de depuración contra los jefes cabecillas y asesinos. Pero impedid, con toda energía, que nadie sacie odios personales, y que nadie castigue o humille a quien, por hambre o desesperación, haya votado a las izquierdas. Y es que sabemos que había -y hay- derechistas que eran peores que los rojos. Queremos la salvación y no la muerte de los que en su inmensa mayoría tenían hambre de Pan y Justicia.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario