El heroísmo, el sacrificio y la muerte nos interpelan. Cuando son tantos los cómodos y egoístas, los materialistas y hedonistas, la muerte de dos hombres que dejan su trabajo, su casa, su familia, sus amigos y su Patria para ir a morir a miles de kilómetros, voluntariamente, para salvar la civilización occidental y cristiana, es un fuerte aldabonazo en las conciencias que están embotadas, drogadas, seducidas y esclavizadas.
Cuando tantos duermen sus vicios y descansan rendidos por la crapulosa noche, sin ver la claridad de la mañana, nosotros estamos a la intemperie, rezando, escuchando, pensando, cantando. Somos pocos, pero nos acompañan los ángeles, aquellos mismos que recogieron las almas de los héroes, hace ya 70 años y 1 día, para presentarlas al Altísimo. Baten sus alas y el aire hace ondear nuestras banderas, enseñas de honor y de gloria y lleva nuestras canciones, que brotan del corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario