Falsedad 1
La mayoría de catalanes quiere la inmersión
Realidad
El 88% de los catalanes defiende el bilingüismo
Así lo confirman las encuestas del CIS, que insisten en que una amplia mayoría de ciudadanos están a favor de la enseñanza en catalán y en castellano. Sólo el 9% se decanta por el monolingüismo.
Falsedad 2
Sólo tres familias han pedido enseñanza bilingüe
Realidad
800 familias han pedido estudiar las dos lenguas
y la cifra va en aumento. En 90 centros escolares de Cataluña varios padres han solicitado la enseñanza bilingüe. En 2007, más de 56.000 ciudadanos firmaron una iniciativa popular para promover este modelo.
Falsedad 3
La inmersión está avalada por Europa
Realidad
La UE ha invalidado el modelo catalán
Un informe realizado por el Comité de Expertos independientes del Consejo, en 2008, no aprobó el modelo de lingüístico catalán. Los expertos insistían en que no se daba el requisito de voluntariedad.
Falsedad 4
La inmersión se utiliza internacionalmente
Realidad
El modelo catalán es único en el mundo
Cataluña, con la inmersión lingüística sólo en uno de los dos idiomas oficiales, es una excepción mundial. Es el único territorio donde se excluye a una lengua oficial como lengua vehicular de enseñanza.
Falsedad 5
Hay padres que no quieren que sus hijos sepan catalán
Realidad
Las familias buscan una enseñanza bilingüe
Los progenitores defienden un modelo de enseñanza respetuosa con ambos idiomas oficiales y que los dos se utilicen de forma conjunta y equilibrada frente al modelo de inmersión monolingüe.
Falsedad 6
Quieren separar a los niños según su lengua
Realidad
Pueden aprender las dos lenguas sin ser separados
Los padres que abogan por el bilingüismo quieren que los alumnos aprendan asignaturas en catalán y castellano equitativamente. Se trata de compaginar en el mismo grupo ambos idiomas.
Falsedad 7
La inmersión no perjudica a los castellanohablantes
Realidad
Estos alumnos presentan un fracaso escolar del 39,6%
La ratio de fracaso escolar es del 18,9% en los catalanohablantes y alcanza el 39,6% en el caso de los castellanohablantes. Ocurre lo mismo con la puntuación de PISA: 521 para los primeros y 481 para los segundos.
Falsedad 8
La inmersión no perjudica el rendimiento de los inmigrantes
Realidad
Perjudica de forma clara el rendimiento de los inmigrantes
De acuerdo con el informe PISA, Cataluña es el territorio donde existe mayor diferencia entre el rendimiento de los alumnos inmigrantes y los autóctonos. La diferencia supera los 70 puntos a favor de los segundos.
Falsedad 9
Los alumnos, con un nivel de castellano en la media nacional
Realidad
Su nivel de castellano es sensiblemente inferior
El Instituto Nacional de Calidad y Evaluación (INCE) examinó al alumnado de todo el país. Un 51% de los alumnos españoles se expresaba correctamente; el porcentaje caía al 33% en lo que respecta a Cataluña.
Falsedad 10
La inmersión es un modelo de cohesión
Realidad
La inmersión produce desigualdades educativas
Un sistema educativo no puede ser cohesionador de la sociedad si su única lengua vehicular admitida es la lengua que habla la mitad de la población. Para que algo sea cohesionador, debe saber integrar y no excluir.
La mayoría de catalanes quiere la inmersión
Realidad
El 88% de los catalanes defiende el bilingüismo
Así lo confirman las encuestas del CIS, que insisten en que una amplia mayoría de ciudadanos están a favor de la enseñanza en catalán y en castellano. Sólo el 9% se decanta por el monolingüismo.
Falsedad 2
Sólo tres familias han pedido enseñanza bilingüe
Realidad
800 familias han pedido estudiar las dos lenguas
y la cifra va en aumento. En 90 centros escolares de Cataluña varios padres han solicitado la enseñanza bilingüe. En 2007, más de 56.000 ciudadanos firmaron una iniciativa popular para promover este modelo.
Falsedad 3
La inmersión está avalada por Europa
Realidad
La UE ha invalidado el modelo catalán
Un informe realizado por el Comité de Expertos independientes del Consejo, en 2008, no aprobó el modelo de lingüístico catalán. Los expertos insistían en que no se daba el requisito de voluntariedad.
Falsedad 4
La inmersión se utiliza internacionalmente
Realidad
El modelo catalán es único en el mundo
Cataluña, con la inmersión lingüística sólo en uno de los dos idiomas oficiales, es una excepción mundial. Es el único territorio donde se excluye a una lengua oficial como lengua vehicular de enseñanza.
Falsedad 5
Hay padres que no quieren que sus hijos sepan catalán
Realidad
Las familias buscan una enseñanza bilingüe
Los progenitores defienden un modelo de enseñanza respetuosa con ambos idiomas oficiales y que los dos se utilicen de forma conjunta y equilibrada frente al modelo de inmersión monolingüe.
Falsedad 6
Quieren separar a los niños según su lengua
Realidad
Pueden aprender las dos lenguas sin ser separados
Los padres que abogan por el bilingüismo quieren que los alumnos aprendan asignaturas en catalán y castellano equitativamente. Se trata de compaginar en el mismo grupo ambos idiomas.
Falsedad 7
La inmersión no perjudica a los castellanohablantes
Realidad
Estos alumnos presentan un fracaso escolar del 39,6%
La ratio de fracaso escolar es del 18,9% en los catalanohablantes y alcanza el 39,6% en el caso de los castellanohablantes. Ocurre lo mismo con la puntuación de PISA: 521 para los primeros y 481 para los segundos.
Falsedad 8
La inmersión no perjudica el rendimiento de los inmigrantes
Realidad
Perjudica de forma clara el rendimiento de los inmigrantes
De acuerdo con el informe PISA, Cataluña es el territorio donde existe mayor diferencia entre el rendimiento de los alumnos inmigrantes y los autóctonos. La diferencia supera los 70 puntos a favor de los segundos.
Falsedad 9
Los alumnos, con un nivel de castellano en la media nacional
Realidad
Su nivel de castellano es sensiblemente inferior
El Instituto Nacional de Calidad y Evaluación (INCE) examinó al alumnado de todo el país. Un 51% de los alumnos españoles se expresaba correctamente; el porcentaje caía al 33% en lo que respecta a Cataluña.
Falsedad 10
La inmersión es un modelo de cohesión
Realidad
La inmersión produce desigualdades educativas
Un sistema educativo no puede ser cohesionador de la sociedad si su única lengua vehicular admitida es la lengua que habla la mitad de la población. Para que algo sea cohesionador, debe saber integrar y no excluir.
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