Más de 200 asistentes llenaron un hermoso salón de un céntrico hotel madrileño para escuchar tremendas acusaciones contra el actual sistema político, sus fautores y sus representantes y dirigentes, desde el actual Jefe del Estado a todos los partidos, sindicatos, prensa, seudocultura, ongs y los poderes económicos.
Habló José Luis Antonaya en nombre de la "Asociación In Memoriam Juan Ignacio". Manuel Maqueda, además de presentar el acto hubo de leer el texto preparado por Alberto Ayala en nombre de la "Vieja Escuela de Madrid", pues a él y a otros militantes de su grupo les fue impedida la entrada en el hotel por la policía, en otra muestra ejemplar del ejercicio de la democracia pluralista, tolerante y garante de los derechos y libertades de todos los españoles y de los que pasen por aquí. Precisamente fue Ayala el único que se fijó en el terrible crimen del aborto, expresando bien claramente que una madre no es dueña de la vida de su hijo.
Pedro Pablo Peña habló por "Alianza Nacional", recordando la obra social del Régimen de Franco y su destrucción, merced al perjurio y la traición de Juan Carlos y de toda la clase política que lo respaldó, para traer la ruina a España. Por eso se hace necesario confrontar al actual Estado hasta derribarlo y derogar esta Constitución, pidiendo cuentas a los responsables por sus desmanes.
Eduardo Arias, por el "Nudo Patriota Español", explicó cómo el proceso constituyente y autonómico ha generado la pérdida del sentimiento español, el crecimiento del separatismo y el desafío de unos traidores que como tales han de ser tratados.
Cerró el turno de oradores Manuel Andrino, por "La Falange", que también recordó el influjo falangista en las obras sociales del Régimen anterior y el actual estado de desamparo de gran parte del pueblo español.
También fueron comunes en los oradores la llamada a la unidad y al compromiso.
Si se nos permite y en tono constructivo, echamos en falta una mínima referencia de tipo espiritual en los discursos, por otra parte espléndidos y contundentes, certeros y valientes. Ni una vez se mencionó a Dios, ni al cristianismo, catolicismo, Iglesia, Cristo, valores espirituales, tradición religiosa. Ni tampoco a valores morales tan importantes como el derecho a la vida, rechazando el aborto o la eutanasia, con la excepción ya referida de Ayala; ni a la familia fundada en hombre y mujer, repudiando la odiosa legalización del llamado matrimonio homosexual; ni a las sectas, el materialismo, el hedonismo, la cultura del placer, del gozar y del poseer. Ni a las drogas, ni al alcohol y los vicios. Ni a la perversa ideología de género, con el feminismo como ariete destructor de la familia y de la relación hombre-mujer.
Porque todo eso también lo ha traído la democracia, con su Constitución y sus autonomías, su capitalismo y su liberalismo salvaje.
Y el caso es que estamos seguros de que los oradores participan también de estos mismos ideales y piensan lo mismo que nosotros. Pero de la abundancia del corazón habla la boca. Por eso se hace necesaria la presencia del Movimiento Católico Español. Porque esas cosas también hay que decirlas expresamente. Y si a otros les da reparo o simplemente se les olvida, para eso estamos otros que no nos olvidamos.
Por lo demás, organización, desarrollo, propaganda, unidad, oportunidad, movilización y oratoria, todo fue perfecto; hay que felicitar muy de veras a los convocantes, con la esperanza de que estos actos se multipliquen y continúen.
La asistencia superó al aforo, por lo que alguna gente hubo de quedarse en pie.
El "Cara al sol" brotó con fuerza en un auditorio convencido y entregado. Después, el "Himno Nacional", que muchos siguieron con la letra de Pemán.
Una nueva generación de jóvenes, pero ya experimentados líderes, se consolida al frente del patriotismo español.
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