NO PARAR HASTA CONQUISTAR. CUENCA NUNCA SERÁ LO QUE MERECE MIENTRAS LOS CACIQUES DIRIJAN NUESTRA PROVINCIA



sábado, 14 de julio de 2012

Gentuza por Alfonso Ussía

Con la inexpresividad calculada de las malas personas, el portavoz de Amaiur en el Congreso se negó a condenar el asesinato de Miguel Ángel Blanco. ¿Cómo condenar lo que quince años antes había celebrado con júbilo? La asesina de 23 inocentes, amparada por el magistrado socialista López Guerra y condenada a más de tres mil años de prisión, habrá de ser liberada e indemnizada de acuerdo a una sentencia del Tribunal de Estrasburgo. El Gobierno de España ha recurrido la sentencia y mantiene a esa homínida con coño de cianuro en la cárcel. Josecho Ibazeta, secretario del alcalde de San Sebastián, amenazó de muerte, después de gritar repetidamente «¡Gora ETA militarra!», a un grupo de jóvenes que celebraban la victoria de la Selección de España en la Eurocopa. Al no lograr que los jóvenes se atemorizaran, Ibazeta apuntó a los portadores de la Bandera de todos y endulzó su ignominia con estas palabras: «Voy a sacar la pistola y os voy a dar dos tiros». Esta bestia tenía un cargo oficial en el Ayuntamiento donostiarra. En Guecho, un hombre que paseaba a su perro en la noche del triunfo español, fue brutalmente apalizado con raquetas de «padel» –se trataría de proetarras pijos–, por una pandilla de indeseables que previamente maltrataron a su perro. También en Guecho, y a la misma hora, un conjunto de jóvenes con camisetas coloradas y banderas españolas fue apedreado por un preparadísmo comando de futuros asesinos.

El portavoz de Amaiur puede rechiflarse de Miguel Ángel Blanco porque se ha permitido la participación del entorno del terrorismo en las instituciones democráticas. La criminal múltiple, Inés del Río, si no prospera el recurso del Gobierno de España, se reencontrará con la libertad en unas pocas semanas. Lo primero que hará no será visitar las tumbas de sus veintitrés asesinados. Quizá, si su abogado se lo recomienda, llamará  a don Luis López Guerra, magistrado del Tribunal de Estrasburgo, secretario de Estado de Justicia en el Gobierno de Zapatero, diputado del PSOE en la Asamblea de Madrid y vicepresidente entre 1992 y 1995, propuesto por el PSOE, de Tribunal Constitucional, el magistrado español firmante de la sentencia de Estrasburgo.  Ibazeta, el bárbaro que amenaza a unos jóvenes en una ciudad española por celebrar un triunfo deportivo de España, no habría ocupado un cargo de privilegio en el Ayuntamiento de San Sebastián si no hubiera triunfado la conspiración del Tribunal Constitucional contra nuestra Constitución y nuestro sistema democrático, precisamente. Y las agresiones a los ciudadanos de Guecho no se habrían producido si las humillaciones y salvajadas previas que han sufrido los vascos  pacíficos se hubieran castigado adecuadamente. Todo responde a un calculadísimo plan, al que no es ajeno ni el PSOE ni el PSE de Pachi López, de debilitar la estructura de España en beneficio de los separatismos periféricos. Lo que ignoran Pachi López y los suyos, e Iñigo Urkullu y sus nacionalistas burgueses, es que serán los primeros en caer cuando la barbarie de Amaiur, Bildu, Sortu y ETA –son lo mismo–, gobiernen gracias a seis magistrados obedientes al Poder Ejecutivo, y sitúen a las tres provincias vascas –no olvidemos Navarra, su única opción de supervivencia–, en un estado de enfrentamiento irreversible.

En pocos años, quizá, nuestro mapa sea diferente. Lo habrán amputado entre todos. Y lamentaremos nuestra cobardía ciudadana, nuestro desinterés social. Una nación que sólo se une con los triunfos deportivos no tiene demasiado futuro. Tenemos que unirnos todos los minutos de todos los días para impedir que nos roben España. Ha llegado el momento de actuar sin cobardía. Esta gentuza no puede derrotarnos.
 

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